Hay una bolsa que ha estado guardada en mi armario exactamente un año. En esa bolsa compré, en un ataque de impulsividad, toooooodas aquellas cosas de primera necesidad que iba a necesitar cuando nos asignaron el año pasado.
Madre primeriza y recién asignada, compré muchos artículos guiada por la paciente farmaceútica, cuya cuñada también fue asignada de golpe hace ya algún tiempo... Pero pasada la euforia (y 20 días de incertidumbre) ya sabéis todos los alguna vez leéis este blog lo que pasó.
La bolsa fue a parar a un cuarto de nuestra casa, pero algunas cosas caducaban, así que decidí regalar papillas, medicamentos, gasas, empapadores, el gel, el champú, la cremita de hacer masajes. Cosas que afortunadamente, a nuestra sobrina Norah le encantaron. Pero me quedé con algunas cosas que no caducaban. Biberones (de los caros, eh, de los que no dan gases), porta chupetes y chupetes y un saca-mocos de los de aspirar, con sus recambios, no fuera que "Número 1" se asustara con el ruido de los que van a pilas.
Finalmente, la bolsa pasó al fondo de mi armario, en mi desordenado caos detrás de ropa que fue acumulándose... Y la bolsa dejó de verse.
Hace unos días, limpiando el armario, no me quedó mas remedio que sacar la bolsa, abrir su contenido, visualizarlo, ponerlo en orden, en fila. ¿Cómo es posible ponerse a llorar simplemente por ver un saca-mocos?. La bolsa ahora se guarda en el altillo, a la espera de que "Número2" venga a nuestras vidas.
Ya no siento pena al escribir esto aunque sí algo de melancolía. Todo queda guardado, ya no se ve aunque a días se siente. El gel y el champú se acabaron hace tiempo y la cremita acabaron usándola Norah y su mamá. Pero hay una cosa que aún se conserva.
Aquel día en aquella farmacia, compré una colonia de bebé de lo mas "chic", francesa, con un olor mezcla frescor-polvos de talco-bebé recién nacido-primavera. Una colonia que me encantó, que yo olía (no huelo muy bien las cosas, cosas de familia) y de la que simplemente, me encapriché.
Pasados unos meses de aquello, intentando que la bolsa del armario fuera cada vez mas pequeña, llevé la colonia a casa de mi madre para que de vez en cuando la usara nuestra sobrina. Y allí está.
El frasco, poco a poco, va acabándose. En el cuarto de aseo, debajo del espejo, el frasco me contempla cada día que voy a visitar a mi familia.
Entonces, yo lo cojo, lo huelo, acaricio el frasco y me pongo un poco en el cuello, sonrío feliz ante los sentimientos tan maravillosos que me provocaron aquel día de hace un año, y me voy a trabajar con el olor de "Número1" bien cerquita de mi corazón...
Es alucinante como funciona nuestra mente con sólo un olor o una situación.
ResponderEliminarEspero que vuestro sueño sea pronto una realidad y podáis oler todo lo que guardáis en esa bolista en su piel
Un abrazo
Mar
Muchas gracias por tu comentario y tus deseos. Un abrazo.
ResponderEliminarPrecioso post, en mi caso yo no compre absolutamente nada, al no saber el rango de edad era arriesgado, podíamos haber vuelto con un crió de 1 a 8 años así que... Pero creo que lo del olor es tan intimo... Tan pegado a la piel.
ResponderEliminarUn abrazo, me has emocionado. Gracias
Amor mío, eres increíble. No solo eres lo mejor que me ha ocurrido en la vida, sino que tienes la capacidad de tocar con un comentario, con una frase, con un escrito... lo más profundo de mí y removerlo. "Numero1" siempre estará en nuestros corazones, pero tenemos un hueco, un hueco muy muy grande para cuando vengan "Numero2" y su herman@ "Numero3"... Espero que pronto podamos oler esa colonia en sus cuerpecitos y disfrutemos con ellos tanto como disfrutamos ahora mismo de estar juntos. Te amo.
ResponderEliminar¿Cómo puedo tener tanta suerte de tenerte a mi lado? Te quiero, y aunque nunca llegáramos a tener hijos, contigo me siento plena en todos los sentidos.
ResponderEliminarSois un matrimonio muy autentico y vuestro numero2 tendra muxisima suerte de teneros, no lo dudeis... Solo decirte que cada uno de nosotros tenemos predestinado nuestro futuro y vuestro numero2 esta predestidado a vosotros, sois una pareja que no parais de emocionar donde quiera que piseis. Abrazos y muxos animos a seguir...Cristina, Antonio y nuestra pequeña Angela os enviamos muxos besos de corazon.
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