13 de junio de 2012
Preparando a los abuelos...
Después de varios días, he conseguido hacer un hueco para ir a ver mis padres. Días de tensiones, nervios, dolores de cabeza... mucho estrés en el ambiente que me pedía a gritos un poco de paz en mi antigua casa, con ellos. Es increíble cómo aún después de treinta y muchos años, necesites esas columnas para apoyarte a descansar y reponer fuerzas.
Comida con mi padre, mientras mi madre duerme a la sobrina, su única nieta... actualmente. Conversaciones profundas sobre temas que aquí poco importan. Se retira a descansar y entra en acción mi madre, que tiene la costumbre de comer cuando ha conseguido que la nieta se duerma la siesta. Así, ella descansa.
Entre conversación y conversación, sale el tema de la adopción. Estamos conociendo a tanta gente nueva, a personas que nos abren la mente... experiencias adoptivas. Estamos preparándonos a fondo para la maratón y para una realidad: el año que viene, seremos padres.
Mi madre está más receptiva de lo normal, tiene un buen día. Algo dentro de mí ha dicho que era el momento de prepararla. Abuela receptiva y con mínimos conocimientos de psicología, comienza a hablar de mi futura maternidad. Y lanzo la bomba. Es el momento. Ha llegado la hora de soltarle nuestro proyecto adoptivo en su totalidad, no sólo la parte que conoce todo el mundo.
Nos sentamos y hablamos. Hablamos de China, de los plazos que se esperan. Se le iluminan los ojos: "¡una chinita!". No mamá, casi seguro que es un niño. Ahora casi todos son niños. ¿Y vosotros qué habéis pedido?. Y... ¡esa era la bomba!.
Comienzo suave. No tenemos preferencias. Nos da igual su sexo, sus rasgos (aunque no nos da igual su sufrimiento futuro) pero ahora estamos hablando de nosotros. Sigo con la edad. La preparo:
- Mamá, hemos pedido un niño o niña hasta 6 años (y 11 meses, pienso por dentro).
Mi madre respira hondo. Suelta lo que piensa y me sorprende.
- Pobrecito. Tanta vida vivida en seis años... ¿creéis que seréis capaces de darle lo que necesita? Tendrá mucha vida pasada a sus espaldas...
No me esperaba que pensara en su "mochila".
Salen más problemas. El idioma, los aprendizajes... aparece por primera vez la palabra "vínculo". Le hago la reflexión. Le explico los múltiples abandonos que sufre un niño en un orfanato, desde el momento en que su madre lo abandona, pasando por la estancia en diferentes centros, pasar por las manos de muchas cuidadoras diferentes... Sale la palabra resiliencia, asertividad... es mucha información contenida.
Mi madre empieza a entender, por fín, que la adopción no es igual a tener un hijo biológico. Lo sabía desde hace tiempo, pero no lo entendía. La veo receptiva, así que continúo:
- Mamá, hemos aceptado patologías en China (paso de decir la palabra necesidades especiales para no asustarla).
- ¿Y en qué se diferencia de España?
- En que en España no podemos elegir la patología. En China sí que nos permiten hacer un listado específico.
- ¿Cariño, y qué habéis decidido?
Respiro hondo. Es muy importante que me apoye así que lo suelto todo, casi sin respiración. Le cuanto todas las patologías que asumimos, le explico las consecuencias médicas que conllevan, la calidad de vida que acarréa. Las operaciones que necesitarán. Empiezo por el labio leporino, la más común. Sigo con cosas más leves, con otras más graves. Mi madre tiene que asimilar en unos minutos lo que Dani y yo llevamos asimilando durante año y medio. Está en desventaja, lo se.
Le preocupan futuros síndromes. Ambas estamos de acuerdo en que es una lotería. Hablamos también de la lotería de la adopción nacional.
- Mamá, quién crees tú que en España da a sus hijos en adopción?
Le cambia el semblante. Sabe la respuesta. Olvidémonos de cuidados prenatales y crucemos los dedos para que no haya habido mucho consumo durante el parto.
Se asusta: - Cariño, me da miedo todo lo que me cuentas!
- Yo también estoy asustada mamá. La maternidad biológica es más fácil. Puedes controlar muchos factores y luego, pues esperar tener suerte y que todo salga bien.
Miramos a mi sobrina. Norah duerme plácidamente en el sofá. Mi madre me mira, y me sorprende.
- Susana, quiero aprender, quiero saber qué les pasa por la cabeza, quiero estar preparada para cuando haga preguntas, para saber qué necesidades emocionales va a tener. No estoy preparada, necesito información y prepararme. Consígueme libros.
Muy tranquila para que no notara mi emoción, le prometo traerle libros el próximo día. Hablamos de que estaría bien hablar con psicólogo especialista en adopción para que prepare a la familia ante la realidad.
Llega la hora de irse. Nos damos un abrazo. Subo al coche y llego a casa.
En China, mi hijo ya ha nacido...
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Susana me has emocionado mucho, aprovecha ese apoyo que vas a tener en tu madre, no creo que yo lo tenga, por eso lo valoro muchísimo.
ResponderEliminarTu hijo ya ha nacido en China!!! se dice en voz alta y asusta, uff, estáis muy cerca. me alegro muchísimo, de verdad.
Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, tengo todos los pelos de punta. ¡Qué emocionante! y el final... el final... ESPECTACULAR. Un besito a tu mami de mi parte... llévale a Tiku. Besotes
ResponderEliminarAhora soy yo el que ha releído la entrada por tercera o cuarta vez y tengo un deseo irrefrenable de darle un abrazo a tu madre, amor mío. Sabemos que podemos contar con nuestra familia porque siempre han estado a nuestro lado en todo y lo hemos halado con ellos, pero el salto de "aceptarlo y ofrecer ayuda" a querer estar preparada para ofrecer lo mejor que tenga a nuestr@ hij@ me emociona muchísimo y no sé ni cómo agradecerselo
ResponderEliminarTranquiiilo... Vas a tener tiempo de agardecérselo cuando venga a casa en vacaciones, jajajja
EliminarMe ha encantado la empatia de tu madre.
ResponderEliminarLa mia me apoya y está ilusionada, pero creo que no llega a entender mucho la diferencia n iel sentimiento ese especial que tienen los adoptados. No puedo echarle nada en cara porque por lo menos se que l@ querra como a un nieto más
Mi padre no me entiende, no entiende que pudiendo ser mama bio "me complique la vida" con uno adoptado y "ademas con discapacidad".... Y aunque me apoya, no se como se desarrollará todo con el. Ese es mi miedo.