Los días se caen y LY cambia por días. Tenemos mil anécdotas de ella que me encantaría escribir para que no se me olviden. Por ejemplo, todos los días cuando la recogemos de casa de la abuela y llegamos a la nuestra, abrimos la puerta del jardín, avanza un par de metros y se para. De repente se oye un grito de guerra: PAPIIIIIIIIIIIII, PAPIIIIIIIIIIIIII. Lo dice con tanta fuerza que se dobla por la mitad, cierra los ojos, desencaja la mandíbula. Los pájaros salen en desbandada por el estruendo y los vecinos se despiertan de la siesta. LY grita así hasta que su padre sale de casa. Entonces se echa una carrera y se va a sus brazos... Y se frena 50 cm antes de darle un abrazo para hablarle de cosas con su lengua de trapo.
Cuando es Dani la que la recoge, sucede lo mismo pero al grito de MAMIIIIIIIIIIIIIIIIII...
Toda nuestra vida gira en torno a ella, a sus horarios, necesidades, comida, atenciones... La queremos tal como es, aunque a veces saca ese carácter tan suyo que te pone de los nervios. Nuestra niña es muy muy muy cabezota.
Ahora es tiempo de decisiones. Con 3 años recien cumplidos, nos debatimos entre meterla ya en mi colegio o que siga en la guardería un poco más. Hemos cambiado ya dos veces de decisión y lo cierto es quejo es ninguna tontería. En los próximos 12 meses tendrá la "operación", la gorda, la de la mandíbula. Tendrá que estar sin ir al colegio o guardería unos dos meses, aunque lo ideal seria cuatro para que el nuevo hueso endurezca. Además, esperamos que por ahí en medio nos asignen y vayamos a China a por su hermano o hermana.
¿Añadimos a la llegada de un hermano y la operación de mandíbula, un cambio de colegio y referentes?
Si no es así, tendrá luego que comerse que el hermano vaya a la guardería que ella adora mientras que ella va a otro colé pero si decidimos que se quede en la guardería, debe quedarse al menos dos años mas, y económicamente nos supone un gran problema.
Siempre pensando en ella, siempre. Quizás no podemos tomar la decisión hasta que no tengamos noticias de la ECAI... Sea como sea, lo cierto es que por el momento, la tía disfruta de sus padres a tope. Todos los juegos son para ella, a los papis no los comparte con nadie, recibe amor en todo momento y ella está feliz feliz.
Feliz feliz... ¿Qué pasará cuando en casa seamos uno más?
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