30 de agosto de 2011

Gracias, papá

Gracias, papá

Gracias por darme la vida en el mayor acto de entrega y amor que puede tener una pareja, sacrificando su tiempo y subordinando su vida a sus hijos, porque mediante vuestro amor infinito y sin fronteras conseguísteis traerme al mundo y puedo estar escribiendo esto, pese a las lágrimas que afloran en mis ojos.

Gracias, papá

Gracias, porque me enseñaste cómo ser persona, cómo construir una familia, cómo creer en el Amor a base de tu ejemplo y el de mamá. Gracias por mostrarme cómo debe ser la pareja perfecta.

Gracias, papá

Gracias por hacerme comprender lo valioso de las pequeñas cosas, lo importante de disfrutar de cada instante, de cada segundo de esta vida.

Gracias, papá

Gracias por transmitirme tu amor por la naturaleza y el respeto al medio ambiente, por enseñarme que hasta la planta más pequeña puede sentir y tiene su por qué en este mundo.

Gracias, papá

Gracias por proporcionarme una pirámide de valores racional y equilibrada, donde el amor, el respeto, la generosidad, la bondad, la empatía, la moral, la fidelidad, la justicia... conforman su nucleo y hacen que todo encaje, que la vida tenga sentido y que sepa cómo debo comportarme con los demás y a comprenderles cuando actúan o, a pesar de no comprenderles, a no enjuiciarles antes de tiempo.

Gracias, papá

Gracias por hacerme distinguir entre conocidos, amigos y Amigos. Por proporcionarme, a través de vuestro ejemplo, el conocimiento suficiente para rodearme de gente que realmente merecen la pena, para tener grandes Amigos, con "A" mayúscula y engrandecer y enriquecer mi vida gracias a ellos.

Gracias, papá

Gracias por enseñarme a jugar al ajedrez: ¡gracias por jugar conmigo! El abuelo se sentiría verdaderamente orgulloso viéndonos jugar cuando aún vivíamos juntos. Ni tú ni yo merecíamos perderlo tan joven siendo, como era, la mejor persona que he conocido jamás.

Gracias, papá

Gracias por recuperar cada minuto invertido en la mar, multiplicándolo por mil cuando ese mismo minuto lo disfrutabas en casa, con nosotros. Gracias por hacerme comprender que el tiempo no vale lo mismo cuando lo aplicas a tu familia y tu entorno.

Gracias, papá

Gracias por las mil cosas que me dejo sin escribir en esta nota porque el nudo en la garganta crece. Gracias por todas ellas y por conseguir haber sido tan igual al abuelo en todo lo bueno. Gracias, gracias, gracias.

Te quiero, papá. Te querré siempre y el vacío que dejas sólo se llenará con los recuerdos de todas estas cosas buenas y esa huella imborrable que has dejado en todos nosotros. ¡Ah! Y no te preocupes nunca por mamá, la abuela... Nos toca a nosotros ahora cuidar de ellas y lo haremos gustosamente.

GRACIAS