5 de septiembre de 2011

Cada vez más cerca... en todo


Querid@ hij@,

Hoy, si cabe, estoy aún más cerca de tí, porque sufro el mismo dolor que estás sufriendo tú, el de estar sin papá. No sabes la pena que me produce que no vayas a conocer a uno de tus abuelos, pero nosotros estaremos aquí para contarte cómo era, lo bien que se portaba con todo el mundo y que sea para tí el mismo ejemplo que ha sido para nosotros.

Pero te comprendo. Hoy te comprendo. El dolor de que no esté, ese dolor lacerante que no aplaca nada, ni siquiera tu madre con su infinito amor, ni siquiera la mía (que pronto seguro que será tu abuela)... Hay días que lo sobrellevas, que te haces fuerte, que miras al frente con mirada firme... y otros que no. Hoy es uno de los que no. Quizás porque es lunes, quizás porque hace una semana de que el abuelito se marchara, quizás porque hoy soy más consciente de que no lo vas a conocer más que a través nuestro y, lo que es aún peor, él no te conoció a tí. Pero una cosa te puedo asegurar: te deseó con toda su alma, con todo su corazón. Hubiera sido el hombre más feliz del mundo al tenerte al lado. Fueras del color que fueras, tuvieras los problemas que tuvieras. Serías su primer nieto o nieta y eso era algo que deseaba por encima de todo. Solo pensar que no se va a cumplir me hace llorar.

Por cierto, que nadie te diga lo contrario nunca: llorar es bueno. Es necesario expulsar de dentro la rabia, la congoja, los miedos, la desesperación... para no estallar con quien no debes. Cuando acumulas todo eso y te lo guardas para tí, estás "contaminándote" por dentro. Así que llora, hij@ mí@, sin pudor ni miedo. Llora porque es la expresión de tu dolor y es necesario sacar esos sentimientos fuera. Y si lloras acompañado de la gente que te quiere y te comprende, mejor. De eso tu madre sabe mucho, pues ella es quien soporta mis lágrimas, mis bajones, mis salidas de tono por culpa de la acumulación... Llora. Que nadie te quite nunca ese derecho.

En fin, que espero que llegues pronto, pues aunque uno de tus abuelitos ya no está, sigue habiendo tres que te desean con locura. Y tus padres ya ni te cuento. Te queremos y te sentimos más cerca que nunca... aunque quede mucho por delante aún. Hoy te comprendemos, hij@ mí@.