27 de agosto de 2015

El fin de una etapa

Que no escriba en el blog no significa que no piense en el mismo. Muchos días veo escenas o situaciones en nuestra familia que merecen ser contadas, transmitidas y escritas para que no se borren de la memoria, porque increiblemente, hay cosas que ya comienzan a nublarse.

Pero en definitiva, y como dice el título de esta entrada, por fin podemos respirar, organizar ideas, disfrutar con otro aire de nuestros hijos. Cerramos una etapa adoptiva, médica, universitaria... y de pareja. No, sin miedo. Las parejas evolucionan con los hijos y en esta ocasión también hemos evolucionado.

En estos 8 últimos meses hemos:
- Adoptado un hijo.

- Hemos operado a nuestros hijos en 3 ocasiones, y sufrido los postoperatorios.

- Y no se como, pero Dani terminó la carrera... con una nota de 9 en su proyecto. Estoy muy orgullosa de que lo haya conseguido teniendo un nuevo hijo y con tanta visita médica.

Estamos agotados, extenuados, con ganas de vida social, de tener tiempo para estar un día los dos solos...

LY ha tenido unos meses intensos. Ha sido muy valiente en un viaje a China con solo 3 años y medio y tantas horas de avión. En enero, la vuelta a su país de nacimiento no le resultó extraña y para nuestra sorpresa, estaba encantada de poder volver a comer comida tradicional.

LY en un poblado chino en Guizhou
 
   En febrero, no hacía ni un mes que habíamos venido de China cuando la operaron de su mandíbula. Las 24 horas en la UCI las tengo grabadas a fuego, pero era una operación necesaria para corregir su asimetría facial. Le insertaron un distractor mandibular que ha permitido que crecieran los huesos y el músculo un total de 2 centímetros. Pero a cambio, no pudo ir al colegio en 4 meses, sólo podía comer la comida triturada (¡con lo que le gusta masticar!), y tenía prohibido correr, saltar, golpearse esa zona... ¿Cómo gestionar con ella ese cúmulo de sentimientos, esa imposibilidad de hacer lo que le gustaba, de disfrutar como niña de un parque, o de simplemente no poder un plato de pasta?

Ha estado en esa situación 6 meses. Es toda una campeona.






Cinco semanas después, le llegó el turno a nuestro LJ. No consigo comprender cómo podía comer mi niño. Estaba todo abierto desde la campanilla hasta la nariz. Babeaba constantemente, de hecho mi suegra nos hizo como 30 baberos y los usamos todos. No podía respirar bien, no podía masticar, había una hipotonía total de la lengua y no podía beber, sino que tiraba hacia atrás el cuello hasta que caía líquido a la garganta. Un auténtico superviviente, pues aún así, comía un montón y estaba gordito...


                              Guapo incluso sin operar... incluso con una abertura tremenda.

La operación duro 4 horas y media. Cuatro interminables horas en las que sólo me acuerdo de ver fijamente el punto rojo de la puerta de quirófanos por donde entraban y salían niños que terminaban su operación antes que él. La operación, un éxito. El Dr. que lo operó, un Messi o un Ronaldo en su especialidad. El postoperatorio en el hospital fue muy muy duro. Mucho. Luis lo pasó muy mal los dos primeros días, aunque a partir del tercero la cosa mejoró y ya le molestaba menos.






















                           Luis recién operado... y un mes después en casa, jugando en el jardín
                                                                       Es otro niño...

Tanto postoperatorio nos pasó a nosotros factura, en forma de canas, sistema inmune destrozado, fiebre 25 días sin motivo... Creo que nuestra cuerpo empezó a relajarse.

Después de la operación y con ayuda de una fisio, Luis ha mejorado en su hipotonía de la lengua aunque aún no la mueve hacia arriba. Ya no babea, sabe succionar en cañita, ha aprendido a respirar por la nariz, está aprendiendo a masticar... Sigue siendo muy cariñoso, y el pasar por todo esto con nosotros, hizo que se vinculara de golpe. Volvimos de Valencia notando que ya nos consideraba sus padres. Nos buscaba con hipervigilancia y solo quería nuestros brazos, y por supuesto, allí estaban para darle mil achuchones.

También desde entonces duerme un poquito mejor. Ya no se despierta entre 10/12 veces por noche, ahora sólo 2 o 3.

Y ahora, hace apenas 2 semanas, a Laura la volvieron a operar para retirar el distractor y para hacer el preimplante de su audífono. Hoy ya le han retirado los puntos y aunque no se puede bañar en la piscina, está muy contenta y feliz.

Y se acabó esta etapa de operaciones, adopciones, vinculación y apego.
Comienza una nueva etapa en la que estamos los 4, donde mamá comienza a trabajar en una semana y los peques, los dos, se irán al colegio juntos.

Una etapa diferente, pero es que ahora, por fín, desde hace un tiempo, ya veo que esta familia de 4 está despreocupadamente feliz.

Ya podemos dormir tranquilos...