28 de diciembre de 2011

Sentimientos contradictorios


Ayer hij@ nuestro, fue un día de lo más extraño, y de sentimientos muy diferentes.

Comenzó el día cada uno por su lado. Papá trabajando, que tiene una semanita dura. Y yo, de vacaciones, llevando mi vieja cafetera al taller para ver si podíamos reparar (otra vez) a mi jurásico coche.

Papá recibió una carta de la Generalitat hace una semana. Estaba muy contento pensando que era el título de valenciano que se ha sacado en dos meses (sí, hij@ mí@, tu padre es un maquinorro con los idiomas). El papel de correos, papá lo puso a nombre de la AbuMagda pensando que tendría tiempo de pasar a recogerlo, pero la verdad es que la pobre ha tenido mucha faena estas últimas semanas y le fue imposible. Así que allí fui yo, con mi JurasicCitroen a por el sobre de papá.

Al llegar, la chica de correos me dijo- "pero si el sobre también está a tu nombre"- Y yo ahí me quedé muy sorprendida.

Sorprendida porque hace tan solo una semana, a tu madre le dio un bajón de los grandes. Porque por una parte me hago mayor, y siempre había querido tenerte muy joven. Y por otra, porque llamé a Consellería y me dijeron que tu adopción sería para dentro de muuuucho tiempo. Así que, cuando cogí el sobre y lo abrí, lo abrí sin esperanzas, con la idea de "a ver que papelito nos falta para tu adopción". Pero no, no hacía falta ningún papel, sino que en dos semanas, empezamos los cursos necesarios para tener los papeles para ir a buscarte.

Llamé a tu sorprendido-papá, que más o menos se quedó así:



Después de hablar un poco, cada uno cumplió sus obligaciones. Pero, hij@ mí@, verás. ¿Has visto las manzanas de la foto de arriba? Pues así estuvimos papá y yo ayer.

Al mediodía nos fuimos a ponerle unas flores a tu abuelo... y también a tus bisabuelos. La pena de que nunca llegues a conocer a tu abuelo nos acompañará siempre. Tenía siempre una cara de pillo...!!! Así está también en la foto de su tumba. Papá y yo nos pusimos muy, pero que muy tristes.. Papá puso la carita de la manzana de la derecha, la que sujeta el cartel, pero sin cartel, porque sabe que conmigo los carteles no funcionan. Y yo estaba igual de triste que él.

Y por la tarde fue totalmente diferente para los dos. Mientras papá seguía haciendo cosas muy dolorosas mientras se ponía el cartel delante para que la AbuMagda no sufiera más, yo recapacitaba sobre lo que nos venía encima, y empezó a entrarme la euforia, la dicha más completa, la alegría que hacía tiempo no encontraba. Y lloré. Sí, hij@ mí@, en esta casa todos somos muy llorones porque no queremos los carteles. Pero mis lágrimas, al final del día, eran de felicidad, porque es cierto, es una realidad, empezamos a buscarte de nuevo. Esta vez en el extranjero. Porque ayer, después de mucho tiempo, me volví a sentir madre...
Y luego me reuní con papá, y nos fuimos a cenar, y, muy poco a poco, porque para papá ayer fue un día muy muy muy duro, papá empezó a parecerse un poquito más a la manzanita de la izquierda. Y aunque ayer fueron muchas las emociones contenidas y los sentimientos contradictorios, al final los dos cedimos un poco. Yo empecé a bajar de las nubes para volver a la realidad actual, pero tu padre comenzó a mirar un horizonte al que desde hacía unos meses no se quería asomar.

Y así estamos. Esperando que llegue la semana que viene para que, en vacaciones, los dos podamos hablar, decidir, consensuar y, sobre todo, amarnos con toda la fuerza de nuestro corazón mientras hablamos de tí, de dónde estarás y cuándo vendrás.

Te queremos... estés donde estés...