31 de marzo de 2013

Día 12. 25 de Marzo. Visado para LY y visita a Tian’anmen.

Esta mañana ha comenzado algo diferente a las demás. Por primera vez durante estos días me he separado a la hora del desayuno de Susana y LY para acercarme con nuestra guía de adopción a tramitar la solicitud del visado para la salida de China y entrada en España de LY.

Me he sentido muy raro yendo sólo en el autobús. Durante los tres cuartos de hora que ha durado la escapada he echado mucho de menos a mis tesoros... En fin, por suerte ha sido poco tiempo.

Una vez realizados los trámites consulares, la guía se ha marchado con la otra familia a hacer una excursión programada al Palacio de Verano, residencia estival del Emperador. Nosotros tenemos otros planes: si LY se encuentra bien, nos acercaremos con un taxi a Tian'anmen. Allí puede que nos encontremos con nuestra amiga murciana S. y su encantadora guía y quizás les acompañemos un ratito...

Tras recoger a Susana y a LY en el hotel, pedimos un taxi en recepción y le explicamos al botones que queremos ir a Tian'anmen para que se lo diga al taxista. Dicho y hecho. En menos de dos euros y medio estamos plantados en el acceso al recinto de la Ciudad Prohibida que está frente a la plaza de Tian'anmen, con su monumento a Mao Zedong:


 


Los guardias del Partido que hay a la entrada mantienen un aspecto serio que verdaderamente impone, pero este halo de seriedad se pierde en parte al acceder al recinto, con cientos de vendedores ambulantes con mil cachivaches a la venta: desde sombreritos ridículos hasta libros de recuerdo de Tian'anmen y la Ciudad Prohibida. Te persiguen en cuanto te ven extranjero con ánimo de adelantarse al resto de sus competidores y conseguir ser ellos los que te vendan la baratija... Un poco agobiante, la verdad. Menos mal que el "bù shi, xiexie" (no, gracias) dicho serio acaba funcionando en la mayoría de los casos y te dejan en paz.

Remoloneamos un poco por el recinto al cual hemos accedido y compramos algún recuerdo en uno de los puestos ambulantes (regateando, cómo no, hasta que en un perfecto inglés me suelta que le estoy "ofendiendo" con lo que le ofrezco...) hasta que de repente nos llama la atención una pequeña aglomeración de gente alrededor de algo parecido a una pista de deporte. Nos acercamos con curiosidad y observamos que se está produciendo el cambio de guardia. El grupo de militares salientes ha dejado sus zapatos y botas perfectamente alineados en una zona concreta (en la foto frente a la caseta roja, a su izquierda) y realizan la maniobra de salida de forma sincronizada y con aire marcial:





Mientras sacamos unas fotos y videos de este acto militar, una ancianita se acerca a LY y le hace entrega de una banderita de plástico con la bandera china, marchándose inmediatamente sin mediar palabra. Desconocemos el motivo por el cual lo ha hecho, pero nos genera algo de inquietud: podría tratarse únicamente de que la nena le ha caído en gracia y le ha regalado la banderita o bien, pensando mal, podrían estar marcándonos para gente menos bienintencionada como "turistas atracables"... En fin, que nos genera un cierto nerviosismo y durante unos minutos nos quedamos indecisos cerca del puesto de guardia hasta decidir si nos marchamos o seguimos la visita. Finalmente y vista la cantidad de guardia que ronda el lugar, decidimos continuar el tour pero llevando especial cuidado y atención a LY y a nuestras pertenencias...

Unos metros más adelante hay un cartel con un plano de Tian'anmen que nos sirve para ubicarnos:

 
Según el plano, hemos entrado cruzando el Golden Bridge para salvar el foso que protege la Ciudad Prohibida. Tras pasar por la puerta de Tian'anmen (donde estaba la imagen de Mao del principio), hemos accedido a Duanmen, donde hemos visto el cambio de guardia. Por tanto, frente a nosotros debe estar la entrada a la Ciudad Prohibida. Bueno, pues ya que estamos aquí, vamos a verla ¿no?

Nos acercamos hasta una verja metálica que nos impide el acceso a la puerta de entrada de la Ciudad Prohibida. En esta verja hay un cartel que reza "Abierto todos los días del año" y un horario:

 
Estamos dentro del horario, pero la zona de compra de tickets se encuentra cerrada, la verja que nos impide el paso instalada y no hay nadie entrando o saliendo por la puerta... ¡Qué raro! Vemos a una chica joven preguntando a un señor de mantenimiento y, como suponemos que está haciéndose la misma pregunta que nosotros, la interrogamos por el tema. Con cara algo tristona nos indica que hoy es festivo aquí y que por tanto está cerrado. ¡Pues vaya con el abierto "todos los días del año"! Esto es como un 24 horas que cierra por las noches... En fin, nos conformaremos con sacarnos unas fotos de recuerdo frente a la puerta de acceso:


 
Decidimos que ya no hay mucho más para ver por aquí (y que seguimos algo inquietos con el tema de la banderita, que Susana se había planteado hasta tirarla a la basura hasta que la he hecho notar que podría ser de muy mala educación y sentarles muy mal que extranjeros arrojen su bandera a la papelera...), así que nos dirigimos al exterior para visitar la ignominiosa Plaza de Tian'anmen, que está cruzando la avenida por la que hemos entrado.

Al salir, vemos más guardias del régimen haciendo una especie de "prácticas" con novatos o aspirantes a guardias, desfilando entre la gente marcando el paso:


Cruzamos la avenida por un paso subterráneo (con más gente vendiendo recuerdos en él), pasamos un control de seguridad y detector de metales y, por fin, accedemos a la plaza. No hay nada especial para ver en ella: la bandera nacional China ondea a la entrada, presidiendo la misma frente al "Monumento a los Héroes del Pueblo" (que no sabemos si se refieren a los manifestantes que murieron o a los militares que reprimieron la revuelta) y con el Mausoleo de Mao Zedong al fondo.

La plaza no nos llama especialmente la atención salvo por su inmenso tamaño y los hechos acaecidos en ella no nos generan tranquilidad alguna. Es una sensación parecida a la que vivimos en el bunker de Hitler en nuestro viaje por Polonia, una sensación algo asfixiante de sucesos horrendos del pasado, por lo que decidimos que no es el mejor lugar para estar con nuestra hija.

Abandonamos la plaza por un lateral, compramos unos cuantos recuerdos para familia y amigos en tiendas ubicadas frente a la plaza y nos encaminamos decididos a coger un taxi para regresar al hotel. No hemos podido ver a nuestra amiga S. porque tenían un horario concreto de visita y además sigue encontrándose mal, así que dejamos nuestro encuentro para otro momento.

Ya en el hotel comemos algo y, tras mandar unos mensajes, nos echamos la siesta. Por hoy hemos tenido suficientes emociones, así que cuando nos levantamos jugamos un rato con LY y acabamos el día cenando algo de comida basura del McDonalds, deseando llegar a España para comer un buen hervido o tortilla de patatas. Ya queda menos. Mañana, último día en China. ¡Qué ganas de volver de esta gran aventura!

1 comentario:

  1. jajajaajjaja, jajajajjaja, de verdad que no dejaréis NUNCA de sorprenderme. ¿En serio pensasteis con la banderita todas esas cosas? jajajajaja, jamás en la vida se me hubiera ocurrido a mi algo similar. Debo ser muy panoli. ¿Es la banderita que traía LY en su mano el día que llegasteis? jajajajaj.
    Besotes

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