24 de marzo de 2013

Día 7. 20 de Marzo. La polución y el catarro no dan tregua a LY

Parece que el catarro de la pequeña LY no la da tregua. Está pasándolo mal, pues la pobre no respira bien (tiene mucha mucosidad y aún no sabe sonarse) y la fiebre sube y baja de forma inexorable. Además, el tiempo en Jinan no acompaña precisamente y la polución no hace sino empeorar la situación.


Hoy hemos pasado todo el día en el hotel salvo un ratito que nos hemos acercado por la tarde al centro comercial a comprar agua y algunas galletas para la peque.

La curiosidad del día vino, cómo no, de mano de los chinos en un restaurante “occidental” (un Kentucky Fried Chicken). Tras comprar el agua en el centro comercial anexo lo vimos y como tenía un pequeño parque infantil entramos, pues parecía el lugar idóneo para estar con la peque entretenidos un rato. Pedimos unos menús para nosotros y una especie de “nuggets” (que resultaron ser de pescado) para la niña y nos fuimos a la zona de juegos a cenar. Ya os hemos comentado en otras ocasiones que aquí la gente es muy amable con los niños pequeños, ¿verdad? Pues aquí nos juntamos con un chico y dos chicas chinas, universitarios los tres, que chapurreaban un poco el inglés. En cuanto vieron a LY se acercaron, la cogieron en brazos, la hicieron mil carantoñas y risas… mientras hablaban con nosotros como podían para decirnos lo guapa que estaba y preguntarnos de dónde éramos. Ante nuestro “Wo men shi Xibanya ren” (españoles) empezaron a reírse señalando al chico: parece que le gusta el fútbol (dieron a entender que jugaba en algún equipo universitario o algo así) y enseguida empezó a preguntarnos por Messi, Xavi y Cristiano Ronaldo. Exportando cultura futbolística, sí señor…

Al lado de la zona de juegos había un medidor de altura para los nanos, así que aprovechamos para medir a LY. ¡Mide casi 80 cm. de alto! Ya veremos cómo narices la metemos en la cuna del avión… Ya que estábamos y mientras las chinas se hacían fotos junto a la nena y a nosotros con sus megamóviles de última generación, les marcamos en el medidor la altura de Messi. Os juro que sus caras eran un poema, jejeje… Creo que lo tenían idealizado como un jugador alto y bien pertrechado, cuando en realidad es un ratoncito que se cuela entre la defensa rival gracias, entre otras cosas, a esa característica física. También le dijimos al chico que él en cambio se parecía a Cristiano Ronaldo (imaginaos cómo se puso de orgulloso, especialmente diciéndoselo dos extranjeros delante de sus amigas, jejeje). Más fotos, más chapurreo en inglés y la despedida pues tenían que irse de vuelta a la universidad… ¡Cachis! Se me olvidó darles el correo electrónico para que nos mandaran las fotos. En fin, una pena, pero LY se lo ha pasado genial y nosotros también hemos pasado un rato divertido.

Poco más queda contar de este día de transición, salvo que nuestro tesoro ríe ya va tentando los límites que la planteamos con cara de pillina… Sabe perfectamente cuando algo está bien o mal, pero pone esa cara picarona como diciendo “sé que está mal pero… ¡es que mola tanto!”

En un par de ocasiones nos ha tocado poner cara seria, porque veíamos que la cosa podía acabar mal y hacerse daño, pero en general estamos procurando no decir constantemente “no” (bueno, “bù shi”, que es el “no” en chino…) porque también entendemos que debe explorar lo que la rodea, jugar y tantear hasta dónde puede llegar… Me da a mí que esta niña nos va a acabar toreando, pero es que nos tiene ganados de antemano, jejeje.



1 comentario:

  1. me encanta todo lo que contáis, probaré con A. lo del bù shi, a ver si funciona mejor que el no :)

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